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La invitación de la boda es uno de los detalles más bonitos que pueden recibir los familiares, amigos y compañeros que son invitados a una boda. Como su nombre indica, su función es la de notificar a la persona que la recibe para que acuda a la celebración. En ellas aparecen todos los detalles sobre el evento y lo cierto es que las invitaciones de boda son muy diferentes entre sí. Sobre todo en cuanto al tipo de papel, originalidad del diseño y contenido escrito en ellas se refiere. Ahora bien, todas tienen la misma función. En este artículo vamos a profundizar en más detalle sobre las invitaciones de boda, historia, papel utilizado y demás características. ¡Aprende todo lo que necesitas saber sobre ellas!
Historia de las invitaciones de boda
Es difícil especificar una fecha exacta a la hora de hablar del origen de las invitaciones de boda, historia y tradición. Si retornamos al origen de la práctica como tal, aunque no se emplearan tarjetas de boda como en la actualidad, nos encontramos que ya en la Edad Media existían pregoneros que recorrían las diferentes calles de las localidades para convocar a los invitados al enlace. No se comenzó a recurrir a la imprenta hasta el siglo XIV, concretamente cuando los nobles de la época empezaron a hacer uso de ellas para anunciar el enlace nupcial. En aquel entonces la invitación de boda corría a cargo de los monjes, que dominaban a la perfección el arte de la escritura y la caligrafía. En aquellas primeras tarjetas de boda solía indicarse el lugar del enlace y la hora, además se marcaba el escudo de familia y se cerraba con un lacre familiar. Era una invitación artesanal y solo apta para familias pudientes de la época. Por supuesto las invitaciones eran entregadas por un mensajero al que había que pagar.
A partir del siglo XV la cosa cambió ya que comenzaron a imprimirse mediante la técnica de la xilografía —un método de impresión con plancha de madera donde se tallaba el texto o la imagen a mano, se impregna con tinta y se presionaba contra el soporte para que el papel de invitación de boda quedará marcado—. El método volvió a cambiar en el siglo XVIII, ahora con la técnica de la litografía para imprimir invitaciones de boda. El proceso era similar al anterior, aunque con la novedad de que esta última permitía incorporar un texto, dibujos e incluso fotos y plasmarlas en serie a través de una plancha metálica. Gracias a ello muchas familias tuvieron la posibilidad de hacer tarjetas de boda, además poco a poco se fue consolidando la tradición, sobre todo con la aparición del servicio de correo y los nuevos sistemas de diseño e impresión.
Para hablar de las invitaciones de boda, tal como las conocemos hoy en día, debemos remontarnos al siglo XX y, concretamente, a los años cuarenta —con la llegada de la impresión comercial y la aparición del papel para invitación de boda especial—. Actualmente la forma en la que se hacen ha cambiado considerablemente, aunque el objetivo sigue siendo el mismo y la información que se escribe en ellas es muy similar.
Papel invitación boda: cuál usar
El papel de la invitación de boda es un papel especial que destaca por tener un gramaje superior al de la mayoría (igual que la cartulina o similar) y además está disponible en varios acabados distintos. La mayoría de las invitaciones tienen un acabado rugoso y áspero. Existen muchos tipos de papel invitación boda diferentes, algunos de los más populares son: cartulina, papel de algodón, papel de lino, papel marfil, papel mate o el papel artístico de cartón (como el papel Kraft).
Qué poner en las invitaciones de boda
Ahora que ya sabes cuál es el origen de las invitaciones de boda, historia y evolución ya podemos explicarte qué debes poner en ellas. Independientemente del mensaje personal que quieras escribir para cada uno de los invitados o del mensaje general para todos los invitados, las tarjetas de boda deben incluir los siguientes datos:
- Nombres y apellidos de las personas que van a casarse.
- Nombre de los padres (ten en cuenta que suelen ser una parte muy activa en la organización del enlace —y en la financiación—, por lo que es conveniente que aparezcan).
- Lugar, fecha y hora donde se celebrará la ceremonia.
- Vía de contacto (puede ser un email, un teléfono móvil o una dirección postal) para confirmar la asistencia. Es conveniente, así mismo, que haya una fecha límite para que los invitados se apuren en responder.
- Los teléfonos de los novios/as y de los padres.
Aunque ya hemos indicado qué poner en las invitaciones de boda, hay quienes además hablan del orden y de la ubicación de cada uno de los datos que deben aparecer en ellas. Lo cierto es que las invitaciones de boda son muy variadas, por lo que pueden seguir un formato tradicional o innovar con todo tipo de detalles. En realidad, cada persona es libre de darle rienda suelta a su imaginación o vena literaria —algo que queda muy bonito, al menos en una parte de la tarjeta de boda, es el golpe en seco o relieve en papel—. En caso de que no surjan ideas, no pasa nada. Hoy en día tenemos a nuestro alcance una gran variedad de medios para poder inspirarnos con las frases y diseños de la invitación de boda más bonitos.
Con cuánto tiempo se dan las invitaciones de boda
Es importante entregar la tarjeta de boda con cierta antelación, sobre todo para que los invitados tengan la posibilidad de reservar el día para acudir a un evento tan importante y para que puedan aplazar las tareas que tienen pendientes. Lo normal a la hora de responder al interrogante de con cuánto tiempo se dan las invitaciones de boda es dejar un margen de 3 a 4 meses. De esta forma te asegurarás que tus seres queridos no tengan problema en acudir.